miércoles, diciembre 20, 2017

No fue presagio...

... fue un movimiento. De un pez ágil, se dijo.
Así que Pez se tiró al agua.


"Aquí debajo, en el agua, se siente más", pensó. Con su ojo izquierdo no sólo podía ver, sino también podía escuchar al agua.


Cuando volvió de esa profundidad, sintió más lo que veía afuera y por dentro. Así, todo se volvía más real.


Vio grupos de personas armadas, algunas almadas y otras desalmadas.
Una gran mayoría de personas desarmadas. Algunas amadas y otras abandonadas. Desorganizadas. Emocional y mentalmente, alejadas.


Hablaban con sus gestos. Era una mímica la palabra. Las vibraciones de tan poderosa herramienta no movía el agua de los ojos. No se sabía cómo hacer vibrar el fluido del aire o no se sentía en la piel esa energía cuando se recibía.

Que la palabra no olvide el sentimiento, escribió como comienzo de poesía.

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