sábado, septiembre 16, 2006

- Es verdad, Montsuel: soñar es mucho más que eso. Y precisamente por eso estamos acá. Estamos en una brecha y tenemos que darle nombre, ponerle palabras al vacío que tenemos en frente; tenemos que adornarlo, darle belleza, esa es la Revolución que nos toca. ¿Te acordás de "La historia sin fin", te acordás de "La Nada", te acordás cómo se peleaba contra ella? Tenemos que ponerle un nombre a nuestro deseo, es decidirse a crear algo nuestro. Por eso el nombre de este sitio. El neurótico está en un limbo: en un espacio entre el pasado y el futuro; en un dilema entre la repetición y la Creación, entre la continuación y el cambio. Lo normal nos fue impuesto y el Amor y la Creación son nuestro único parentesco con la Eternidad, pero a éstos últimos hay que inventarlos. El neurorevolucionario es un punto en el que se condensan todas las culturas, todas las religiones, todos los descubrimientos, toda la información... de un mundo transformado en imágenes y palabras. ¿Qué se hace con todo eso? En cada uno de nosotros se debate el cambio del mundo a partir de nuestro propio cambio interno, el mundo está en nuestras miradas y esto nos desborda; necesitamos empezar a darle forma, trazar nuestro rastro en la arena, construir nuestro castillo de nubes; somos cuellos de botellas de una inconmensurable Creación, necesitamos destilar nuestra gota, tal vez como una lágrima de poesía o una canción alegre... No sé, algo en vez de Nada. Empecemos...

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Tomó la hoja por el dado más corto. La miró detenidamente por unos minutos. Asintió. Quería empezar a dibujar, a usar todo tipo de colores, brillantes, todos brillantes. Se había cansado de tanta oscuridad. Quería hacer explotar la escala cromática y usar cada partícula, cada sutil diferencia, cada extrema oposición. Quería sumergirse en el río multicolor, o dejar que las mariposas hipercromáticas, como en una nube, lo remontaran vuelo.
Giró la hoja por el dado más corto. La miró detenidamente por unos minutos. Asintió. Y se dispuso, a partir de ese instante mágico, a pintar la vida.

Respuesta a Sören: La nada también se vence pintando.

Anónimo dijo...

La nada es el origen y el fin de todo. No podemos asirla y por eso nos inquieta e intriga...Todo lo que no podemos poseer nos inquieta y nos atrae hasta la desesperación. He tenido períodos de "apología a la nada" y como los chicos dicen ahora..."nada"....viene y va fluctua, una vez garabatee de adolescente escribí algo sobre esto...si lo encuentro lo traigo a cuento.
Caro

nEeUrOtiiik...!!! dijo...

la soledad que aguarda en cada momento..este mundo derivandoce de las entrañas de la fe y creando sueños ...volviendo al mismo lugar misero donde los sueños comenzaron a fluir..dejandote de el mismo modo